19.10.10

Página/12 :: Rosario "Un encuentro agónico" por Corina Moscovich y Eugenio Previgliano

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-25637-2010-10-07.html

CONTRATAPA
UN ENCUENTRO AGÓNICO
Por Corina Moscovich y Eugenio Previgliano

"Para irse primero hay que estar" le había dicho su tarotista. Ana pensaba en irse, más como una posibilidad que podía quedar en posibilidad o no pero que igual la hacía fantasear de sobremanera. Haber estado con ese otro hombre tres veces estando aún con su marido era algo que la avergonzaba, aunque sólo hasta cierto punto. Sabía dónde había dejado que aquel otro más joven, más atractivo, más pasional pasara la raya. Fue esto después de que ella se enterara que su marido había salido con una mina a sus espaldas: para volver primero hay que irse, pensó. Se preguntaba si alguna vez sabría con certeza si él la había engañado. El decía y juraba que no, que nunca la había engañado, que siempre le fue fiel. Ese mismo miércoles le había dicho a su marido: "Así no va más". Ahora estaba durmiendo aún bajo el mismo techo, quizás hasta que consiguiera un departamento. La separación era un hecho aunque ella no supiera todavía si por un tiempo o para siempre.
El marido de Ana tuvo al principio una actitud ambivalente, le estudiaba los ojos por las tardes con una languidez decepcionante, que en otro momento podría haberle resultado sugestiva. Aceptó inmediatamente mudarse a dormir al sillón y empezó a ver por televisión unas películas clase B, apagando con el silencio del televisor los gemidos de monstruos y zombies. Ella siguió pensando: pensó en cómo amoblaría el departamento, pensó en lo que se llevaría de aquella casa que durante tanto tiempo había sido de los dos, se imaginó una tarde de otoño escuchando a Philip Glass en el nuevo departamento y tal vez con ese hombre, que había estremecido su cuerpo con unos gestos que ella sólo quería recordar sin culpa.
No es que a él lo hubiera inquietado demasiado la demora de Ana, su esposa: la tercera vez que miró el reloj pensó que no se atrevería a arrepentirse por haber dejado a Laura tan temprano en La Terminal. Pensó: La trampa es perfecta, Laura sólo puede venir una o dos veces por mes desde San Jorge. A pocos conoce ella en nuestro ambiente y es dócil y generosa como pocas mujeres lo son: no tiene apuro, se entrega con placer y sumisión, y disfruta del tiempo que compartimos. Mejor que se haga tarde esperando y no dar explicaciones por mi propia demora, se dijo a sí mismo, mientras volvía a encender su celular.
Y lo que la torturaba y seguramente la seguiría torturando era pensar porqué no lo había dejado antes. Ahora sentía ganas de vomitar, quizás en algún punto se daba asco por como había actuado. Lloraba por su marido aún cuando había disfrutado de esas lindas y lujuriosas tardes con aquel otro joven. Y no podía dejar de admitir que la había pasado fantástico. Cada una de las veces había tenido más contenido que las anteriores. Ella en el segundo encuentro le había dicho: "La piel tiene memoria". Y antes de retirarse de su departamento de estudiante, Ana le había confesado: "Estás sexy así" (sentado en la cama, desnudo pero tapado hasta su cintura con la sábana blanca). Y algo ruborizada había agregado: "Lo voy a guardar para mi banco de imágenes".
A su marido, la segunda demora de Ana lo inquietó. Venía de un día difícil en el banco, de un mar de inquietud de todos los compañeros ante la reestructuración operativa y prefirió volver a su casa antes de seguir discutiendo en un bar con sus colegas. Ana no llegaba. Ya había pasado la hora habitual de la cena.
En un principio, a Ana la "revancha" nunca la había hecho sentir mejor. Pero después, ella sintió que se había portado peor que su marido. Sentía que no tenía perdón. Analizaba si ambos podrían pensar en la posibilidad de "empezar de 0" y solo por ganas y deseo, no porque tuvieran que "hacer la tarea". Los dos eran muy distintos entre sí, por fortuna y desgracia. En su tiempo libre, él gozaba del silencio y cuando estaban juntos, él pretendía lo mismo: silencio. Entonces Ana recordaba la vez que había estado en una cama pequeña, con aquel otro hombre. La primera vez ella había llegado al orgasmo con esfuerzo, luego de que él hubiese acabado como en final de concierto. La segunda vez ella acabó en Disneylandia pero él ni alcanzó a arrugar las sábanas. Para Ana, sentirlo transpirar sobre su cuerpo había sido una enorme alegría, un alivio, una sensación de tarea bien hecha, como una bendición.
Difícil definir esa incipiente relación. Cinco años de conocerse de la oficina. Muy parecidos en cuanto a la personalidad. Pese a la diferencia de edad, él tenía a veces reacciones o comentarios en los que Ana se sentía "espejada". Le seducía mucho: por su capacidad de diálogo, por su sensibilidad tan oculta y evidente a la vez. Sin embargo Ana sentía que no se podía subir a la calesita, pero luego de muchos años de matrimonio contradictorio, pensó en comenzar a atreverse a ser lo que era. A sentir. A querer más y a exigir más. A no hacer más "collage" respecto de sí misma. Ana se dijo: Basta. "Es tiempo de empezar a levantar capas", murmuró. El tiempo dirá como sigue la historia.
Él, aún su marido, camina con un paso forzadamente moderado hacia su casa: cree, sabe o intuye que Ana no resistirá mucho más esta situación. Ayer le ha dicho a Laura que tenía una entrevista importante, sólo por eludirla, aunque Laura no suspendió su viaje desde San Jorge. Imagina escenas, urde argumentos, por momentos siente celos de Laura en la ciudad, y piensa qué posibilidades le asisten porque siente o recuerda que las decisiones de Ana son inapelables y eso lo inquieta. Por la otra calle, sin embargo, con pasos que van al ritmo de su corazón Ana se dirige donde, por lo menos hasta hoy, está su casa; va llena de inquietudes y proyectos; para vivir un gran amor, recuerda, es menester, ser hombre de una sola mujer, y los versos de Vinicius le resuenan en su sonrisa, y anda con el paso entusiasmado. El hijo puede esperar.

29.8.10

"A puro fuelle" (personaje de la peatonal Córdoba de Rosario) para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 28 07 10

Johanesburgo, Sudáfrica: La ciudad Madre 2º parte por Corina Moscovich para Periódico Cruz del Sur


Cruz del Sur 21 07 10

"La ciudad Madre" por Corina Moscovich desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur.

Cruz del Sur 14 07 10

"El gran desarme" del Mundial de Fútbol 2010 por Corina Moscovich desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 07 07 10

"El mundo en una pelota de fútbol" por Corina Moscovich desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 30 06 10

"Bloemfontein: una ciudad que florece" por Corina Moscovich desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 23 06 10

"La hora de ponerse la camiseta" por Corina Moscovich desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 16 06 10

"Soweto" por Corina Moscovich. Desde Sudáfrica para Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 09 06 10

Johanesburgo. "Una ciudad que desde hace 6 años vive el Mundial" por Corina Moscovich Sudáfrica, Periódico Cruz del Sur

Cruz del Sur 02 06 10

Diario La Capital (Nelson Mandela) "Una isla como símbolo de libertad" por Corina Moscovich

Diario La Capital, Señales, Junio 2010

14.7.10

Días después del partido de Argentina con Alemania (Ciudad del Cabo)

Anduve con mil cosas. El cambio de ciudad, los partidos llegando a su fin, organizándome con todo lo que estoy haciendo, y lo que sigue después de acá. Ciudad del Cabo es una ciudad única, me vuela la cabeza. Sobre todo cuando pienso que además de todo lo que tiene, tiene mar. Imperdible. Además es super segura, tranquila, cosmopolita. Se siente mucha tranquilidad al caminar por la calle.
Estoy ya un poco reflexiva viendo todo lo que pasó, todos las personas que conocí, los lugares, la gente, las comidas, los modos de ver la vida, que se yo, la lista es interminable. Muy fuerte toda esta súper experiencia.
El partido de España fue una gran sorpresa, acá todos apostaban a Alemania, más después del partido con Argentina... Todavía me siguen llegando mensajitos de amigos de Bloemfontein dándome "el pésame" y siempre que hablo con gente y me pregunta de dónde soy, me dicen: "I´m so sorry..." En fin... Ahora estoy viendo si puedo llegar a visitar alguna otra ciudad antes de mi partida hacia las pampas. Algunos de mis amigos "internacionales" parten en estos días y estoy viendo si puedo viajar con más gente.

28.6.10

Banderas al paso. He sells flags. (Bilingual post)

En cada ciudad sede del Mundial hay vendedores de banderas en las esquinas. 
In every host city of the Worldcup there are people in the corners of the streets selling flags.
Venden "las postas", las del día. 
They sell the ones from that day.
Si juega Alemania e Inglaterra, son esas las que primero ofrecen. 
If Germany and England are playing, those flags are offered first.
Acá la gente las cuelga del auto, y no piensa en que se las van a robar. 
Here people hang the flags from the car, and they think nobody will steal them.
(En Argentina creo que no podría pasar lo mismo). 
(In Argentina, I don´t think it would be the same situation)
Hoy, día del mencionado partido, los vendedores intentan "chamuyarme" para que compre alguna de las banderas. 
Today, the day of the already mentioned match, flag sellers try to talk me into buying one of them. 
Le digo: No, no, solo la de Argentina. 
I tell him. No, no, just the one from Argentina.
Y busca y encuentra una pequeña. 
And he looks for it and he finds a small one.
Me sonrío y le digo: Ya tengo la mía, es grande. 
I smile and tell him: I already have mine, it´s big.
Tenés que vender la de Argentina, porque va a ganar el mundial. 
You have to sell the Argentinean one, because we are going to win the Worldcup.
Se ríe. Me río. Sigo mi camino. Sigue con su negocio.
He laughs. Me too. I keep on walking. He keeps on selling.

¡No me hablen en Afrikaans!

El otro día decidí conocer la “casa natal” de Tolkien, tal como lo promocionaban todos los folletos, sitios web, etc que leí sobre Bloemfontein. Cuando averigué la dirección, era solo a tres cuadras de mi actual residencia. Era una mañana de cielo celeste y muchísimo frío. Al llegar a dicha calle, no encontraba el número (acá la numeración no es demasiado obvia), entonces decidí preguntar a unos señores (uno blanco y uno negro) que estaban abriendo un negocio. Primero le dije al moreno: “I can´t find number 17” (no puedo encontrar el número 17). Me señaló que hablara con su compañero. Al repetirle la misma frase, me miró y me habló unos dos minutos interminables en Afrikaans. Hablaba tan rápido que no podía interrumpirlo. Sólo después que terminó, le dije: “In English, please” (en inglés por favor). Y ahí me dio las instrucciones pertinentes. Y yo le entendí.

Estoy trabajando en una oficina con otros traductores: de francés, de alemán, de lenguas de acá: afrikaan, sesotho, zulu, xhoza, sepeli, etc, estoy aclimatándome con lo gigante de este evento. Ya pronto probablemente nos empiecen a mandar al aeropuerto, o al centro de prensa, etc. 

Ahora en cuanto a juegos de habla española, tenemos primero el de Eslovaquia-Paraguay y luego el de Suiza-Honduras. Pero lo cierto es que siempre hay gente de otros países de habla hispana. Por ejemplo, hay muchos mexicanos, españoles, etc. 
Para los sudafricanos el Bafana Bafana es lo más, y están locos de contentos. Pura bandera y vuvuzela por todos lados.

26.6.10

Jirafas y niños Bloemfontein

Hoy nos llevaron a hacer una pequeña excursión por la ciudad. En medio de Bloemfontein hay una reserva que se llama Naval Hill donde hay varios animales, entre ellos JIRAFAS. Con la imagen de dos jirafas "corriendo" mi viaje ya tiene sentido hasta ahora.


Y luego, visitamos varios barrios que no figuran en los folletos turísticos...

Acá les pego el link de un video que filmamos nosotros, es imperdible. Para mí, una de las mejores vivencias desde que estoy acá. http://www.youtube.com/watch?v=ketuzwouYAI