El otro día decidí conocer la “casa natal” de Tolkien, tal como lo promocionaban todos los folletos, sitios web, etc que leí sobre Bloemfontein. Cuando averigué la dirección, era solo a tres cuadras de mi actual residencia. Era una mañana de cielo celeste y muchísimo frío. Al llegar a dicha calle, no encontraba el número (acá la numeración no es demasiado obvia), entonces decidí preguntar a unos señores (uno blanco y uno negro) que estaban abriendo un negocio. Primero le dije al moreno: “I can´t find number 17” (no puedo encontrar el número 17). Me señaló que hablara con su compañero. Al repetirle la misma frase, me miró y me habló unos dos minutos interminables en Afrikaans. Hablaba tan rápido que no podía interrumpirlo. Sólo después que terminó, le dije: “In English, please” (en inglés por favor). Y ahí me dio las instrucciones pertinentes. Y yo le entendí.
Estoy trabajando en una oficina con otros traductores: de francés, de alemán, de lenguas de acá: afrikaan, sesotho, zulu, xhoza, sepeli, etc, estoy aclimatándome con lo gigante de este evento. Ya pronto probablemente nos empiecen a mandar al aeropuerto, o al centro de prensa, etc.
Ahora en cuanto a juegos de habla española, tenemos primero el de Eslovaquia-Paraguay y luego el de Suiza-Honduras. Pero lo cierto es que siempre hay gente de otros países de habla hispana. Por ejemplo, hay muchos mexicanos, españoles, etc.
Para los sudafricanos el Bafana Bafana es lo más, y están locos de contentos. Pura bandera y vuvuzela por todos lados.
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