Ciudad cosmopolita a más no poder, a tal punto de a veces
olvidarme de dónde estoy. Como una ciudad “usada”, no todo brilla, una ciudad
con historia. Vaya historia...
Algunos de los lugares que visité:
La torre de la Televisión de Berlín, que con 368 metros de altura,
es el edificio más alto de Alemania. Fue construida por la RDA en 1969 como
símbolo del poderío comunista frente al capitalismo.
La Puerta de
Brandenburgo, que inaugurada en 1791 es un símbolo del triunfo de la paz
sobre las armas. Con 26 metros de altura, recuerda a los monumentos de la
Acrópolis de Atenas. Está en una plaza que fue reconstruida tal cual los planos
originales. En realidad hay mucho debate hoy en día sobre el dinero que se
gasta/invierte en Berlín para “reconstruir” los edificios como antes de la
guerra. También por eso Berlín (y creo que otras ciudades de Alemania pero en
menor escala) están todo el tiempo en constante cambio.
También visité el Checkpoint
Charlie, que fue el paso
fronterizo más utilizado durante la Guerra Fría. Se utilizaba para cruzar a Berlín
Este desde Berlín Oeste. Y luego, aunque la mayor parte fue derribada en los
años 90, todavía quedan algunos fragmentos del Muro de Berlín, muro que durante 28 años dividió la ciudad.
De todo, lo que más me impresionó fue el Monumento al Holocausto: 2.711 bloques de hormigón de
diferentes alturas en recuerdo de los judíos asesinados. A algunas personas les
impresiona y a otras les parece un horror, pero nadie se queda indiferente.
Parece como un laberinto, sin embargo, al estar en el medio, o en el costado, en fin, en cualquier parte, siempre hacia algún lado se ve una salida. Vaya mensaje el del arquitecto que pudo concretar una idea tan gigante. Debajo, está el centro de información, que contiene una sala inicial donde se da (en textos e imágenes) un panorama general de la política del terror nacional socialista entre 1933 y 1945. Luego está la sala de las dimensiones (para mí la más impresionante) que contiene entradas de diarios personales, cartas y últimas anotaciones escritas durante el Holocausto.
Cuando salía me encontré con un grupo que seguía con atención las explicaciones de un guía que hablaba en castellano. Me quedé con ellos y así recorrí otros lugares, con más y mejores explicaciones. En el lugar donde estuvo el búnker del señor H. ahora se ve esto:
Luego, en donde se encuentra la actual facultad de derecho, es donde tuvo lugar la quema de libros en 1933. El memorial en Bebelplatz fue diseñado por el artista israelí Micha Ullman. El recordatorio, llamado 'Bibliothek' (biblioteca) – apunta a cómo allí, el 10 de Mayo de 1933, los Nazis quemaron más de 20.000 libros que supuestamente no eran “alemanes” de la biblioteca de la Universidad de Humboldt. Se la puede ver desde arriba de Bebelplatz: es una instalación de bibliotecas blancas vacías, que de alguna manera, representan ésos libros ausentes. Una ventana instalada en el piso/techo permite a los pasajeros mirar hacia abajo. Muy fuerte.
Además, hay una placa con la siguiente frase de Heinrich
Heine de 1821: Das war
ein Vorspiel nur, dort wo man Bücher/ Verbrennt, verbrennt man auch am Ende Menschen (That was just a prelude, where books /Are burnt, people will eventually burn too)
¿Más Berlín?
Corina Moscovich