Perfil
(a través de Gonzalo Leon) indaga “sobre el estado
actual de la poesía argentina” y
consulta algunos poetas... Tras nombrar “la ausencia de voces como Néstor
Perlongher, Zelarayán, Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini y Héctor Viel
Temperley” cita a “Cecilia Pavón,
Fabián Casas, Fernanda Laguna, José Villa, Cucurto y Alejandro Rubio” como “autores en pleno
desarrollo, de la generación de los 90”.
También
Leon menciona a Tamara Kamenszain, Jorge Aulicino, Diana Bellessi y a Arturo
Carrera y
asegura: “las editoriales también se han multiplicado: hoy además de Vox (la editorial con el catálogo de poesía argentina más
completo), están Gog y Magog, Stanton, Zindo &
Gafuri, Determinado Rumor (digital) y las
innumerables cartoneras; eso sin contar a las editoriales no especializadas en
poesía pero que cuentan con interesantes títulos, como Alción, Mansalva y
Bajo la Luna”.
Entre
los poetas consultados, Daniel
Freidemberg “desconoce cuál es el estado actual de la poesía argentina,
básicamente porque “en realidad eso nunca se pudo determinar”. Por otro lado, Mariano Blatt “destaca la poesía
reunida de los autores de los 90, pero también llama a estar atento a los
nuevos nombres...”. Interesante
la opinión femenina citada por Leon: Ana
Porrúa centra (la continuidad
de la que habla López) también dentro de una poesía femenina: “Aparecen una
cantidad de poetas mujeres que exhiben un imaginario propio y buscan y
consolidan una voz que no es, por otra parte, única”. “Veo, quizás, más dispersión,
pero no menos producción”. Para
Leon, el que “se atreve a caracterizar la producción actual de poesía”
es Juan Desiderio: “A grandes rasgos, los hombres poetas mantienen un
lenguaje inmerso en lo coloquial; las mujeres poetas apuntan a afinar con sus
palabras, una poética más bien espiritual. Pero además he visto en estos
últimos años una apuesta fuerte al recitado con bases musicales, en especial jazzeras y electrónicas”.
León
inserta tres poemas con la foto de cada “joven” autor:
Poema
de Martín Rodríguez:
Los
trabajadores sociales son los psicólogos para los pobres./
La
educación popular es la educación formal para los pobres./
Dice:
los pobres no tienen inconsciente.//
Se
les voló. Se les volaron las chapas./
Dice:
los pobres no tienen representaciones./
¿Cómo
se llama el que guía el estado de necesidad? Trabajador social/
¿Cuál
es el árbol de problemas?/
Vos
no conocés todos sus saberes,/
dice
escrito con tiza blanca,/ debajo del árbol de problemas,/
en
la pizarra negra del CIC.
Poema de
Gabriel Cortiñas:
No se puede hacer harina con los cascos
asaron al enemigo pero se lo comieron crudo
el diente de oro les estalló en la panza
molieron dientes con paciencia, los picaron
hicieron tortilla: de maíz, de arroz,
tortilla de papa, tortilla de muela.
El brillo del diente empuja a romper
en la panza no digiere la luz
es un filo que abre el tímpano en cuatro.
Si la vanguardia no te cubre: el zumbido
la explosión. Todos esperan en las butacas
el comienzo del combate.
Se cierra sobre la lona como un capullo
(un capullo no estalla)
está prohibido llevar reloj.
Poema
de Martín Gambarotta
(Acto
I. Escena I. Rodríguez vestido de pionero.)
RODRIGUEZ:
Madre, creo que soy un fascista y no temo serlo
pero
quiero dejar de serlo o al entenderme fascista
y
no sentir temor dejo de serlo, es una pregunta;
no
hablo del lugar común de los que son fascistas
y
no lo saben, no hay nada más fácil que decirse
no
fascista; cuando veo un demócrata por tevé
quiero
pegarle un tiro; tengo planes para todos
construcción
de hospitales, regulación del alcohol
por
parte del estado, una nueva gramática; estoy
del
lado de la policía. ¿Conocés ese texto madre
donde
P.P.P. se pone del lado de la policía cuando
reprimen
a los estudiantes? Y también a veces dudo
hasta
de ser fascista y tampoco temo ser otra cosa:
un
quinto columnista, triple P portando la antorcha
con
la que ha de incendiar babilonias o un cuadro
del
partido republicano al que le ponen en su copa
la
última aceituna del frasco para que sorba martini
en
lo que fue el este.
Leon
destaca poetas (Mario Arteca, Martín Gambarotta, Francisco Garamona, Gabriel
Cortiñas, Arturo Carrera) que
además de haber publicado en Argentina, también lo hicieron en otros países de
Hispanoamérica. Concluye diciendo: “...la poesía argentina actual está más
cerca de la superproducción que del marasmo.” A ver, la poesía argentina actual está más cerca de
la superproducción que de una paralización o inmovilidad. Sí, pero falta
considerar más variables en este panorama.
Como
lectores interesados en la poesía argentina no podemos dejar de repetir esas
palabras: “estado actual de la poesía argentina”. Quizás pensar en que estado remite a algo que no es
permanente, en que lo actual nos debe
llevar a un pasado mucho más lejano que la década del ´90. Para Leon, de la
disputa entre “neobarroco (Perlongher,
Kamenszain y el primer Carrera) y objetivismo (Giannuzzi, García Helder, Casas,
Aulicino)” “va quedando muy poco”. “...existen diez veces más editoriales con proyectos
sólidos que hace 15 años, y no sólo en Buenos Aires.” Acá hubiese estado bueno hacer un
panorama, aunque sea somero, de los proyectos sólidos fuera de Buenos Aires ya
que la idea es hablar sobre el panorama de la poesía argentina (Argentina=país
de 23 provincias + C.A.B.A.). De todos modos, hacia el final de la nota Leon
hace hincapié en que “los festivales internacionales de poesía, como el de Rosario
y el de Córdoba, se siguen sucediendo.”
Como expresó
Borges en la conferencia El enigma de la
poesía: “todo el mundo sabe dónde encontrar la
poesía. Y, cuando aparece, uno siente el roce de la poesía, ese especial
estremecimiento.” Personalmente, el deseo es que los rótulos se apliquen
con cuidado, sapiencia y delicadeza, en especial, cuando se habla de la poesía.
Aquí, allá o donde sea.
Corina Moscovich
(1)-La nota original http://www.perfil.com/ediciones/2013/2/edicion_755/contenidos/noticia_0009.html
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