La provincia
holandesa de Noord Brabant, cuya capital es ’s-Hertogenbosch incluye
también Eindhoven, Tilburg y Breda.
Así fue mi itinerario: viajé en bus desde Luxemburgo hasta Eindhoven, donde pasé dos noches. El segundo día lo pasé en Den Bosch (´s Hertogenbosch por si no quedó claro), a tan solo 15 minutos en tren.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi ocupó Eindhoven y la fábrica de
Philips se vio obligada a suministrar válvulas electrónicas y equipos de radar
a Alemania. El 6 de diciembre de 1942, Eindhoven fue atacada de nuevo, con un resultado de 148 civiles muertos. Los
ataques aéreos de 1944 destruyeron gran parte de la ciudad. Por lo tanto, no
hay una parte antigua qué visitar. Todo es moderno, colorido, graciosamente
irregular en sus formas.
El tiempo que me tocó en Eindhoven, salvo apenas llegué, fue fantástico; así que dejé de lado visitar el Museo de Philips. A ver... Fue en 1891 cuando Frederik Philips financió la compra de una modesta fábrica en Eindhoven. 128 años después y con una inmensa historia de por medio (la fábrica dejó de funcionar en 1998), Eindhoven es aún sinónimo de Philips.
Strjip-s district, otrora un sitio de Philips tiene una herencia industrial e histórica. |
Muy cerquita de donde me hospedé. |
Antes de dejar Eindhoven, decidí seguir el mapa solo hasta el parque de
LAAk (donde aún está la casa que perteneció a Antoine Philips). El parque en sí
es un pulmón de aire fresco, naturaleza viva a más no poder. Una fiesta de
sentidos.
De ahí en
más, decidí perderme por las calles céntricas y no tanto. Ahí fue cuando
Eindhoven me gustó un poco más. Creo que si hubiera ido en invierno no me
hubiera sentido a gusto. Es una ciudad muy moderna, tiene una lejana semejanza
a Rotterdam. (Si quieres leer sobre mi visita a Rotterdam y otras ciudades
holandesas en invierno, haz clic aquí)En inglés: Flying pins: unique roadside art installation depicting large bowling pins being struck by bowling ball. |
De los dos destinos de mi mini viaje, el que más me gustó fue Den Bosch: una pequeñita y encantadora ciudad, antigua e increíble en su sorprendente arquitectura.
La estación de trenes de 's-Hertogenbosch fue inaugurada en 1868 |
La ciudad está contenida dentro de una especie de triángulo de agua formado por el diseño de varios canales. |
Centro de información turística. |
La estación de tren por fuera |
La ciudad capital conserva su centro histórico con bares, restaurantes y comercios que funcionan en los edificios centenarios. En la arquitectura se destacan el Edificio Comunal, Stadhuis, la Catedral de Sint Jan. Hay una importante cantidad de galerías de arte.
Heineken, cerveza holandesa |
Los precios por esta zona son similares a los de Luxemburgo. Las entradas a museos y/o excursiones por lo general rondan los €10. Yo decidí seguir el consejo de la excursión por el río Binnendieze.
Este viaje en barco te muestra todos los aspectos del río Binnendieze (el río fluye debajo). Viajando a lo largo de los pequeños canales, por dentro y “por debajo” de la ciudad, se pueden admirar los mejores lugares del centro histórico.
Después de pasar el Kruisbroedershekel, dejamos la ciudad fortificada y llegamos a Singelgracht.
Después del Singelgracht, el barco nos llevó a través del Grote Hekel y luego continuó el recorrido dentro de las murallas de la ciudad. |
El guía
hizo toda la excursión (de unos 40 minutos) toda en holandés. A los pocos que
no hablamos esa lengua nos dieron un folleto con probablemente un 1% de todo lo
explicado durante la excursión. A pesar de esto, vale la pena subirse a este
pequeño barquito.
Si algo caracteriza a Holanda es la practicidad y el orden. Agregaría la variedad en los supermercados: ofrecen muchas opciones saludables (incluyendo gluten-free, vegano, etc) a buen precio y presentación.
Holanda en primavera es completamente diferente que en invierno. Me quedaron pendientes los campos de tulipanes.
Hasta la próxima queridos lectores,
Corina Moscovich