Caímos por casualidad, si es que existe tal concepto. Fue un encantamiento, verlo, entrar, sentarse. Escuchar música, compartirla, sentirla. Fue un 21 de Junio, cuando el invierno dijo: “acá vengo” y renovó la energía de los presentes en El banderín.
Paulina Torres, Gabi Mercado y el Uruguayo |
Tal como cuenta en su página web (http://elbanderin.com.ar/), bueno, no tal cual, porque con mi manía
por la ortografía le corregí algunos acentos, etc: “Nació en la década del
veinte, algunos papeles hablan de 1923 otros de 1929. (...) El nombre elegido
por Don Justo Riesco en ese entonces fue “El Asturiano” almacén y bar. (...)Pasaron
los años, unos cuantos años. Don justo se jubiló y continuó la posta Mario. Fanático de River Plate
comenzó a juntar banderines de River. Y abrieron un supermercado cerca
condenando a su fin al almacén. “El alemán” comenzó a viajar por Europa y traía
en sus viajes banderines de Austria.
Nótese el banderín de N.O.B. |
Otro amigo se fue a vivir a España y mandó
banderines. Y apareció el cuadro de los presos de Devoto con las camisetas hechas
a mano, Y en un viaje a Brasil se vinieron otros banderines. Y se vino el
mundial 78 con banderines de las selecciones, más tarde en el tiempo se fueron.
En el 79 se apiñaban los telefónicos detrás de una tele Noblex de 12″ para ver a
Maradona en el mundial de Japón. Y el que visita y no está el estandarte de su equipo en el próximo viaje
lo trae o lo manda por correo(...). Declarado café notable de la ciudad
de Buenos Aires Ley 35/98 del 26/10/2004"
Tanto tanto tanto me gustó el
lugar y cómo me sentí que hasta me animé a dibujarlo. Sólo recuerdo una vez que
me pasó algo así en Birmingham,
Inglaterra. ¿Será que se siguen marcando cierres y aperturas de ciclos?
Corina Moscovich
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