Marzo 2017: El viernes
pasado finalmente empezamos a poner en práctica una idea que yo había propuesto
hacía ya un tiempo: que los sans abri que asistieron al comedor durante el
invierno pudieran expresar por escrito (palabras o dibujos) y sin distinción de
idioma sus opiniones, emociones, etc. Una de las coordinadoras compró un
cuaderno, fibras y me lo entregó; dándome pie así para iniciar esta tarea. Si
bien soy escritora, coordino talleres de escritura desde hace años, etcétera...
responder brevemente al “¿Y qué escribo?, “¿Para qué?” o “¿Por qué?” de los
asistentes al comedor fue un desafío. Primó la sinceridad y la naturalidad de
mi parte y así, de a poco, se empezaron a animar. Les dejaba el cuaderno una
vez que habían terminado de almorzar (aún sentados) o si no, antes de que
pasaran al “living”, un espacio lleno de sofás donde pueden dormir una
siestita, mirar películas de los DVD a disposición y/o jugar al ping-pong. Los
mensajes -hasta ahora- fueron escritos en árabe (y luego traducidos oralmente
al francés para compartir el mensaje), inglés, español, portugués, alemán,
italiano. Algunos señores no se mostraron interesados. Hubo una persona que me
dijo que no sabía escribir. Hubo alguien que hizo una catarsis al escribir que
había perdido todo: su trabajo, su lugar, su mujer. El mensaje duró unos diez
renglones y luego de leerlo, en su presencia, necesité fuerza para poder darle
ánimo. Otro escribió sobre nosotros, los voluntarios, como “los trabajadores
invisibles” y al entregarme el cuaderno, volvió a repetir la misma idea: una
agraciada metáfora.
Je leur ai laissé le cahier une fois
qu'ils ont fini de déjeuner (toujours assis) ou, sinon, avant qu'ils se rendent
au "salon", un espace plein de canapés où ils peuvent faire une
sieste, regarder des films à partir des DVD disponibles et/ou jouer à au
ping-pong. Les messages – jusqu’à présent – étaient écrits en arabe (puis
traduits oralement en français pour partager le message), anglais, espagnol,
portugais, allemand, italien. Certains messieurs n'étaient pas intéressés. Il y
avait une personne qui m’a dit qu’il ne savait pas écrire. Il y a quelqu'un qui
a fait une catharsis en écrivant qu'il avait tout perdu: son travail, sa place
(dans le monde), sa femme. Le message durait une dizaine de lignes et après
l'avoir lu, en sa présence, j'avais besoin de force pour pouvoir l'encourager.
Un autre a écrit sur nous, les volontaires, comme "les travailleurs
invisibles" et lorsqu'il m'a remis le cahier, il a répété la même idée:
une belle métaphore.
En la Croix Rouge nos traducimos unos a otros: en lo
personal muchas veces hablo en español con alguien y luego, traduzco esa charla
para compartirla con alguno de los coordinadores u otro voluntario.
Luxemburgués, francés, alemán... Aprendo palabras. Repaso vocabulario que
aprendí pero no tuve muchas oportunidades de usar. Incluso a veces suele ser
divertido encontrar la forma de comunicarnos. No es todo drama.
Unos días
después estando en la cola del supermercado a punto de pagar, me encontré con
un señor que solía asistir al comedor. Me contó que había conseguido un trabajo
y que ya no necesitaba ir a la Croix Rouge porque ya está alquilándose un
cuarto y tiene para comer. Y volvió a agradecer insistiendo en “lo que hacen
ustedes”... Me dio alegría saber que su paso por allí fue temporario, que pudo
salir adelante.
Quelques jours plus tard, alors que je
faisais la queue au supermarché pour payer, j'ai rencontré un homme qui
fréquentait habituellement la salle à manger. Il m'a dit qu'il avait trouvé un
travail et qu'il n'avait plus besoin d'aller à la Croix Rouge car il loue déjà
une chambre et a de quoi manger. Et il m'a encore remercié en insistant sur "ce
que vous faites"... Cela m'a fait plaisir de savoir que son parcours
là-bas était temporaire, qu'il pouvait avancer.
Corina Moscovich
Acá puedes leer las entradas anteriores sobre el mismo tema.
http://corinamoscovich.blogspot.lu/2016/12/notas-grabadas-3-accion-de-invierno.html
http://corinamoscovich.blogspot.lu/2017/03/notas-grabadas-5-accion-de-invierno.html